Técnica: Xilografía, oleo sobre tela sobre madera. Medida: 65 x 85 cm.
FOTOMONTAJE
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Biografía
Cristín Valladares fue un artista autodidacta, quien vivió y trabajó en Oaxaca, Monterrey, la Ciudad de México y Miami.
Descendiente de las cascadas mágicas, Valladares nace en San Miguel del Puerto en el año 1962, una comunidad de haciendas cafetaleras en la sierra oaxaqueña y de una vegetación y naturaleza abundante.
Desarrolló una iconografía personal que incluía niños, enmascarados, novios y amantes, madonas, textiles ismeños, animales y la cocina oaxaqueña que navegaban entre lo figurativo y lo abstracto. A veces pintaba por series y a veces unas series se entrelazaban con otras.
Los Huipiles los pintaba desde principio, ya que los veía de las tehuanas quienes los portaban y se convirtieron en su primer contacto con el arte, y que en su obra los convirtió en una parte integral de su pintura.
Posteriormente de un evento familiar, empezó a pintar a su hija con sus juguetes y los niños pasaron a formar parte de su iconografía.
Dentro de la plástica oaxaqueña, Valladares elige un camino poco transitado para su tiempo, alternar el figurativismo y la abstracción en estilos sutilmente vinculados obteniendo un resultado pictórico personalísimo.
Su obra forma parte de importantes colecciones tanto privadas como públicas.
Crispín Vayadares falleció en 2020 en la capital de Oaxaca al lado de su esposa e hija, mientras el mundo estaba cerrado sobre sí mismo durante la epidemia de Covid-19. Pocos supieron de su fallecimiento entonces, aunque no era un desconocido en la escena nacional: había dedicado más de cuarenta años a la pintura, a diversas creaciones en las artes plásticas, y en 2008 el LX Congreso de la Unión le confirió una medalla en reconocimiento a su trayectoria y contribución artística a México.
Al perder al compañero de su vida, Katherine Wong (viuda del artista) tuvo que asumir la resistencia contra el olvido, no solamente de su esposo sino de mí misma. “Y de este profundo miedo de la inexistencia —relata— nació un esfuerzo de hacer memoria de su arte, su persona, de nuestro amor y vida que veo en cada una de sus pinturas”.
El ritual evocativo que la artista eligió fue la elaboración de un libro que resguardase las imágenes que Crispín Vayadares prodigó como pintor a lo largo de cuatro décadas. En Oaxaca es usual la edición de libros de artista como vehículo para promover lo que producen creadores vivos, confiados en que seguirán creando. Es inusual que se dedique un volumen a la obra de autores fallecidos, salvo que su prestigio e interés comercial respalde las ediciones, como en el caso de Rufino Tamayo, Rodolfo Morales o Francisco Toledo.
Asi fue como el libro "El Universo de Valladares" obtiene el Premio Nacional de las Artes Gráficas como el mejor catálogo de arte impreso del 2023.
Este material es una compilación de obra que abarca 33 de sus cuarenta y tantos años de la trayectoria de Crispín Valladares. Y hace hincapié de su contribución al arte mexicano nacional, mediante el desarrollo del efecto textil visual, basado en la deconstrucción de los textiles istmeños, y el uso de imágenes del imaginario colectivo popular oaxaqueño.
El volumen integró textos críticos que acompañaron exposiciones de Vayadares a lo largo de su vida, escritos por especialistas: Miguel Ángel Vives Lorenzini, Blanca González Rosas, José Manuel Springer, Fernando Solana Olivares, Jorge Pech Casanova, Fernando Gálvez y la propia Katherine Wong, quien además de pintora es una inteligente observadora del arte en Oaxaca.